La segunda temporada de The following
comienza con el aniversario de la muerte de Joe Carroll, día en el
que se produce un atentado en el metro de Nueva York en el cual unos
desconocidos vistiendo máscaras de Joe Carroll se llevan a puñaladas
la vida de todos los pasajeros menos de una. Ésta resulta ser una
psicópata obsesionada con Joe Carroll y la nueva antagonista de esta
temporada, Lily Gray. Ya en el primer capítulo de la temporada se
nos revela que Joe no ha muerto, solo fingió su muerte. Ryan Hardy
acaba descubriendo la verdad y una vez mas se propone acabar de una
vez por todas con el psicópata, ya que sabe que si no le será
imposible llevar una vida normal.
Posteriormente, Joe acaba refugiándose
de sus enemigos en una secta religiosa en la cual planea erigirse
como líder y usarla para sus planes. La trama de la secta es quizás
lo más llamativo de ésta segunda temporada, ya que añade un factor
nuevo a la trama y a las manipulaciones del antagonista. La primera
parte de esta temporada, dominada por la trama de Lily Gray es quizás
la parte más floja de la serie. Debido a su poca relación con la
trama principal y a su surgimiento espontáneo cuando el antagonista
principal esta ocupado escondiéndose el espectador puede tener la
sensación de que esta parte es más un relleno que otra cosa.
En esta temporada Joe Carroll abandona
sus pretensiones literarias y pasa directamente a buscar hacer algo
para lo que su nombre viva para siempre. Éste es el objetivo que
persigue realmente cuando se refugia en la secta de la que
posteriormente se haría lider. En definitiva esta temporada conserva
gran parte de los rasgos más destacables de la anterior, en efecto
sigue siendo la misma serie, pero a nivel argumental ha de
reconocerse como una temporada mucho más vacía que la anterior, y
mucho menos interesante, pero pese a todo, entretenida.
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